«Un uniforme lo hace
todo más fácil»

Por las mañanas, me visto en un santiamén. Llevo básicamente lo mismo todos los días, como si fuera mi uniforme, con pocas variaciones. En los pies calzo mocasines marrones, J. M. Weston 180s, y calcetines de UNIQLO, en otro tono de marrón. Siempre elijo el mismo estilo, pero no estoy seguro de qué colores tengo. Últimamente voy mucho de marrón, queda muy bien con vaqueros. El ribeteado es perfecto, tiene el grado justo de informalidad. Lo conjunto con uns vaqueros de lavado medio, una camiseta blanca y una sudadera gris de UNIQLO. Y luego, por supuesto, una chaqueta. Este es mi estilo; haga lo que haga, me visto igual. Me sirve para trabajar, ir en bicicleta, acudir a una cita o tomar una copa. Es perfecto para cualquier ocasión. Por las noches, me paro a pensar y elijo una chaqueta adecuada para la ocasión, pero, a la mañana siguiente, me pongo mi ropa habitual sin pensarlo. Esto solo funciona si tienes confianza en tu ropa. Conviene tomarse tu tiempo y seleccionar la ropa que vaya con uno mismo. Por suerte, yo he encontrado lo que me gustaba.

Debo de tener como veinte camisetas de algodón Supima de UNIQLO. Así es básicamente como empiezo a vestirme. Son simples y van bien con todo, ya sea debajo de un suéter, una chaqueta o una camisa. Y en verano se pueden llevar solas. Mis gustos nunca cambian, así que siempre compro el mismo modelo. Me empecé a interesar por la moda de muy joven. Como me crié en el campo, no había moda a mi alrededor, pero siempre me había obsesionado la ropa. Todavía recuerdo que, a los ocho años, fui a una boda vestido con una chaqueta de sirsaca y pantalones cortos. Luego fui a un internado, donde llevaba la misma bata azul todos los días. Lo creas o no, allí fue donde descubrí la moda. Un día, un compañero de clase volvió de Londres con unos ejemplares de The Face and I-d. Lo que mejor recuerdo es quedarme embelesado ante todas aquellas imágenes de ropa que nunca había visto, y mucho menos imaginado. Desde entonces, me ha cautivado el poder de la moda y las imágenes. Aquella fue una puerta de acceso a un mundo de increíble inspiración, donde descubriría cultura, música, libros y películas. Hay mucho más de lo que se ve en una buena prenda de vestir.